Los Rothschild

Los Rothschild: Una familia generación de víboras

LA FAMILIA ROTHSCHILD ES LA SINAGOGA DE SATANÁS QUE DIRIGE LA ECONOMÍA DE EUROPA DESDE EL SIGLO XVIII.

 

La familia Rothschild es una dinastía de banqueros europeos de origen judío-alemán, que ha ejercido una gran influencia económica y política desde finales del siglo XVIII. Ellos han conformado una de las casas reptilianas más leales al anti-diseño que HaSatán ha colocado en la vida de los hombres alejados del Eterno. Ellos han conservado activos durante más de cuatro generaciones los protocolos que Caín y sus hijas conocieran inspirados por la serpiente.

Su nombre proviene del escudo rojo (rot Schild) que adornaba la casa en la que vivían sus ancestros en el ghetto de Frankfurt.

El fundador de esta poderosa dinastía al servicio de la serpiente antigua fue Mayer Amschel Rothschild (1743-1812) quien creó una casa de banca en Frankfurt, especializada en el tipo de negocio que haría rica y poderosa a la familia, el crédito a las casas reales; aunque también hicieron fortuna con otros negocios, como el comercio a gran escala (bienes de lujo, suministros militares), el contrabando, la especulación monetaria, el giro internacional y el descuento de letras.

Vale la pena aquí aportar que al iniciarse la industrialización europea los Rothschild se introdujeron también con éxito en la financiación de sectores en alza como el ferrocarril, la minería y la metalurgia.

Mayer Amschel imprimió al negocio familiar sus rasgos distintivos, como el de no buscar márgenes de ganancia demasiado elevados, o el de generar una prole numerosa a la que confiar la extensión y continuidad de la casa.

Empezó siendo el banquero del elector de Hesse-Kassel; pero la época de las guerras de la Revolución francesa y del Imperio napoleónico (1792-1815) le permitió extender su negocio a gran escala por toda Europa, estableciendo sucursales dirigidas por sus cinco hijos varones (tuvo, además, cinco hijas); el mayor de ellos, Amschel (1773-1855), se quedó en la casa central de Frankfurt ayudando a su padre y sucediéndole cuando murió. Esta sede central fue dirigida más tarde por sus sobrinos (hijos de Karl), Mayer (1820-86) y Wilhelm (1828-1901); pero fue clausurada a la muerte de este último.

El segundo hijo del fundador, Salomon Amschel (1774-1855), estableció en los años 1820 la sucursal de Viena, que permaneció abierta hasta que los nazis anexionaron Austria y tuvieron que «huir» de la persecución antisemita (1934).

Los servicios prestados por los Rothschild a la casa imperial de Habsburgo llevó a ésta a nombrar barones a los cinco hijos de Mayer Amschel.

El tercero de éstos, Nathan (1777-1836), se encargó de la primera sucursal abierta en el extranjero, que fue la de Inglaterra (1804), situada primero en Manchester y más tarde en Londres, donde ha continuado hasta la actualidad. La rama británica de los Rothschild, integrada en la vida nacional, asumió el liderazgo (hereditario) de los judíos ingleses, a los cuales proporcionó su primer representante en el Parlamento y su primer par de Inglaterra. Su hermano Karl (1778-1855) dirigió otra sucursal en Nápoles, cerrada a comienzos del siglo XX.

El menor de los hermanos, James (o Jakob) (1792-1868), se ocupó de la importante sucursal de París, creada en tiempos de Napoleón (1811).
 
James y Nathan fueron los banqueros más cualificados de la familia en esta generación y, además de dirigir las dos sucursales principales, ejercieron un liderazgo sobre el consorcio familiar, llevándolo a su cenit como principal grupo bancario mundial hacia mediados del siglo XIX. La casa parisina de los Rothschild ha seguido activa hasta nuestros días, dirigida por los sucesores de James: Alphonse (1827-1905), Édouard (18681949), Guy (1909 -), Alain (1910-1982) y Elie (1917 -).
Desde la segunda generación de banqueros, los Rothschild combinaron hábilmente la fidelidad a los intereses familiares con la inserción en las sociedades de acogida, en cuyos círculos empresariales y políticos llegaron a ocupar posiciones de auténtico liderazgo. Para mantener la cohesión de la extensa red familiar practicaron frecuentemente la endogamia y, en todo caso, procuraron casarse dentro de la comunidad judía. No obstante, su posición hegemónica en las finanzas europeas empezó a declinar desde finales del siglo XIX frente a la competencia de otros grupos europeos y norteamericanos.

Los Rothschild simpatizaron con la causa sionista y fueron los mayores protectores de los pioneros judíos que emigraron a Palestina para establecerse como colonos; destaca a ese respecto la labor de uno de los hijos de James, Edmond (1845-1934), que financió la creación de la segunda colonia judía de Israel, formada por emigrantes de Rusia, cuando Palestina estaba todavía bajo dominio turco: Rishon le-Ziyyon (1882).

Un nieto de Nathan, Lionel (1868-1937), fue un destacado zoólogo, fundador del Museo Rothschild de Historia Natural de Londres (al mismo tiempo que se ocupaba del negocio bancario). Fue miembro de la Cámara de los Comunes y uno de los grandes defensores del sionismo. Era a él a quien se dirigía la carta de Lord Balfour en la que el gobierno británico se declaraba dispuesto a crear un «hogar nacional» para los judíos en Palestina (la Declaración Balfour de 1917, fundamento del posterior Estado de Israel).

He aquí el árbol genealógico de esta casa del dragón

Por el solo hecho de saber concentrar entre sus manos inmensos capitales, de los que pueden disponer en todo momento en París, Londres, Viena, Berlín, Ámsterdam, Hamburgo, Roma, Nápoles, etc., todo el sistema bancario de Europa está dirigido por la familia Rothschild. En todas estas naciones europeas y Norteamérica siempre son estos judíos masones los amos y señores del sistema financiero. Por disponer de miles de billones sin contar con que en cada nación de segundo y tercer orden, ellos son los que manejan siempre  el dinero en circulación. Ninguna operación financiera, ningún trabajo importante podría hacerse sin el permiso de estos banqueros masones judíos integrantes de la cúpula de los Illuminatis y el Club Bilderberg.

Hoy, todos gobernantes están esclavos de deudas millonarias contraídas con el sistema de cosas actual controlado por esta élite masónica – illuminati. En otras palabras, para poder sobrevivir y para poder sostener grandes ejércitos permanentes y así sostenerse en el poder, todos los líderes del mundo quedan atados por medio de las deudas que contraen con esta «sinagoga del dragón».