El científico británico Stephen Hawking en su último libro, ‘The Grand Design‘ o ‘Magnífico Diseño‘ en el que desgrana una serie de teorías sobre la creación del Universo, se mostró orgullosamente tajante al afirmar: «El Big Bang fue una consecuencia inevitable de las leyes de la Física y se creó de la nada«.
En este manuscrito, en el que Hawking comparte autoría con el físico norteamericano Leonard Mlodinow, apunta que «porque existe una ley como la gravedad, el Universo puede y podría crearse por sí mismo de la nada. La creación espontánea es la razón por la que es redundante el papel de un creador del mismo«.
Hawking renuncia así a sus opiniones anteriores expresadas en su obra «Una Breve Historia del Tiempo», en la que sugería que no había incompatibilidad entre la existencia de un Dios creador y la comprensión científica del universo. Aquí él señalaba que, de acuerdo con las leyes de la Física, no es muy difícil creer que Dios intervino en el Big Bang. «Si desciframos la teoría completa se descubrirá el último triunfo de la razón humana. Hasta entonces debemos tener en cuenta la importancia de Dios«.
Hawking cuenta hoy 68 años de edad y, con la edición de su libro ‘A Brief History of Time’ (‘Una breve historia del tiempo’), de 1988, que narra los orígenes del Universo, consiguió el reconocimiento internacional. Además ha sido reconocido como una opinión relevante para la ciencia actual por su investigación en los agujeros negros, las cosmología y la gravitación cuántica.
Desde 1974 trabaja por unificar las dos piedras angulares de la física moderna, la Teoría General de la Relatividad de Einstein, y la Teoría Cuántica. Eso es algo estado buscando los físicos desde la épica de Einstein, aunque hasta el momento ha sido imposible reconciliar la teoría cuántica, que da cuenta del mundo subatómico, con la de la gravedad, que explica la interacción de los objetos a escala cósmica. Hawking aventura que la llamada teoría-M, proposición que unifica las distintas teorías de las supercuerdas, conseguirá ese objetivo.
“La teoría-M es la teoría unificada con la que soñaba Einstein. El hecho de que nosotros, los seres humanos, que somos tan sólo conjuntos de partículas fundamentales de la naturaleza, estemos ya tan cerca de comprender las leyes que nos gobiernan y rigen el universo es todo un triunfo”, escribe el astrofísico.
Hawking da a entender que en lugar de ser una ecuación única, la teoría-M puede consistir en “toda una familia” de teorías inscritas en un marco teórico consistente, del mismo modo en que distintos mapas – políticos, geográficos, topológicos- pueden referirse a una sola región sin contradecirse entre sí.
En su nuevo libro, que sale a las librerías el 9 de septiembre, una semana antes de la visita del Papa a Gran Bretaña, Hawking sostiene que la moderna ciencia no deja lugar a la existencia de un Dios creador del Universo.
Sin embargo y más allá de toda postura humana, la Biblia revela que el Eterno Dios creó todo lo existente y, aunque les pese a los científicos como Hawking y su clan, esa es la única explicación que en realidad resulta aceptable para explicar el origen de todas las cosas: «Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía» (Hebreos 11:3).
Ante todo este tipo de aseveraciones de hombres respetados por profesar la «sabiduría humana» me han realizado una pregunta muy sincera pero sujeta a error: ¿Por qué no Dios simplemente se revela a Sí Mismo a la gente, probando así que Él existe? Estoy convencido que seguramente si Dios apareciera, ¡todos creerían en Él y su existencia! Pero el problema con esta idea es que, de acuerdo a la revelación divina, no es el deseo del Eterno Dios sólo convencer a la gente de que Él existe. El deseo de Dios para la gente es que crean en Él por fe (2 Pedro 3:9) y acepten Su regalo de salvación en Su Hijo Jesucristo (Juan 3:16). Si una persona no está dispuesta a aceptar la existencia de Dios por fe, entonces definitivamente no estará dispuesta a aceptar a Jesucristo como su Salvador por fe (Efesios 2:8-9). Ese es el deseo de Dios, que los hombres se conviertan en sus hijos. El Eterno no anhela humanos teístas (que creen que Dios existe), sino humanos herederos de Su plenitud y coherederos con Cristo en Su autoridad.
La Biblia enseña que la existencia de Dios es claramente visible en el universo y en la naturaleza:
«Porque las cosas invisibles de él [Dios], su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Profesando ser sabios, se hicieron necios.»
(Romanos 1:20-22)
Y tomando esa última afirmación que denuncia a los sabios del planeta (científicos) como necios, me parece muy adecuado cerrar esta nota profética con las palabras davídicas que dicen:
«Dice el necio en su corazón: No hay Dios.
Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; no hay quien haga bien. Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios.
Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.»
(Salmo 53:1- 3)
Fuentes: rtve.es/noticias y Publico.es/ciencias
. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años