Amado SEÑOR:
Vengo ante ti, y me humillo de corazón. Reconozco en este momento delante de todo testigo en los Cielos y en la Tierra que tú eres Soberano y Dueño de todo.
También reconozco que te necesito. Por eso abro mi corazón para que vivas diariamente en mí, llenándome con tu amor.
Te pido que me limpies de todo pecado y me des una nueva vida. Hoy confieso que acepto que he vivido fuera de tu voluntad, intentando ser bueno y justo a mi manera.
Por eso, confieso que hoy creo que Tú enviaste a Yeshúa, tu Hijo, como Mesías Redentor. Vengo a Ti, y reconozco que soy pecador, confieso que he hecho lo malo delante de tus ojos. Por ello, decido renunciar a todos mis pecados y malas costumbres, y te entrego mi corazón para que lo limpies con el agua y la sangre que brotaron del corazón de tu Hijo al morir en la cruz. Te pido perdón por mi rebelión, y renuncio al rencor, perdonando también a todos aquellos que me han herido a lo largo de mi vida.
Decido a partir de ahora, caminar contigo a través de la compañía de tu Espíritu Santo. Me vuelvo a Ti y confieso delante del Cielo y la Tierra que me hago discípulo de Yeshúa aceptando aprender de sus mandamientos a través del estudio de la Instrucción de Su Luz.
Reconozco que hoy soy sellado en el poder de tu Espíritu Santo como hijo de Dios.
Declaro y me comprometo a sólo depender de Ti y Tus Promesas. Decido andar en plena obediencia para santificar tu Nombre.
¡Bendito seas en el Nombre de Yeshúa!
AMÉN.
¡Gracias y Paz para tu vida!
Si te atreviste a rezar esta oración, te pido una cosa más, que te comuniques conmigo y me lo hagas saber a fin de estar todos los días intercediendo por ti.
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