Las denominadas Altas Fiestas de Yahvéh ocurren en una estación específica: el Otoño. Este detalle no es casual. Por el contrario, el Creador de todo lo existente, se aseguró de convocar a Israel, Su amada, a una cita amorosa que aprovecha todas las características metafísicas de esta estación solar.
En el otoño se discierne la sensación como que todo recobra la calma. Todo pareciera querer regresar a su esencia misma, el centro de este cosmos.
La creación tiene un adentro, un seno en el que se alojan las mil semillas que son promesas de vida.
Considerado así, descubrimos que el otoño no es preferentemente un asunto de climatología. Todo cae al caer las hojas, mientras regresa el árbol a su seno, como intentando reconectarse con su raíz. Ese despojo y desapego, evidenciado en la caída de las hojas, simboliza ese momento de búsqueda que el ser humano experimenta cuando se caen las palabras, cuando se detienen los deseos, cuando cesan las expectativas. Su alma sedienta del Eterno se vuelve transparente de la trascendencia que lo habita. El ser humano siente que debe volver a su Ser, a su latir secreto, su esencia misma. Por eso, su interior se inquieta procurando regresar a su Fuente. Mientras hay como un derrumbe, como un desmoronamiento fuera, una luz, una hoguera se enciende en el adentro.
El otoño es sementera; es paciencia con cierta impaciencia. Por ello, el Abba nuestro determinó una cita con los hombres estableciendo Sus Altas Fiestas. Con ellas se aseguró que todo ese despliegue espiritual que en el alma humana acontece asegure una nueva promoción en sus hijos, que los conduzca a una nueva era de abundancia para sus vidas.
- Fiesta de trompetas (Yom Teruah): Arrepentimiento.
- Día del Perdón (Yom kippur): Redención
- Tabernáculos (Sukkot): Regocijo
A continuación, los invito a considerar algunos aspectos fundamentales de estas celebraciones regias:
tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa
convocación.
Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Yahvéh.»
vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos.»
a Yahvéh, y para los que piensan en su nombre.
Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Yahvéh de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.
Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.»
SIN PALABRAS,MUY BUENA ENSEÑANZA
Amén!Gracias por la enseñanza de la primer fiesta del 7mo.mes.
Shalom!