El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha asegurado en la rueda de prensa posterior a la reunión de dos días de la institución que su política monetaria tiene límites, aunque no está en «piloto automático», es decir, está controlada. En este sentido, Bernanke ha confirmado que la institución que preside no tiene el arsenal suficiente para hacer frente al temido abismo fiscal, que ya está afectado a la economía estadounidense.
Bernanke ha comenzado su comparecencia haciendo referencia al «enorme desperdicio de potencial humano y económico» por la alta tasa de desempleo desde el fin de la recesión. El presidente de la Fed ha destacado que la institución seguirá siendo flexible con su programa de compra de activos y ha reiterado que los tipos de interés permanecerán sin cambios al menos hasta mediados de 2015, fecha en la que además se prevé que la tasa de paro baje del 6,5%.
Eso sí, Bernanke ha aclarado que aunque el desempleo baje de ese umbral del 6,5%, «no desencadenará de forma inmediata un aumento de los tipos de interés«. Para que eso suceda, la Fed tendrá que ‘vigilar’ otros indicadores tales como la inflación.
Sobre el abismo fiscal, el presidente de la Fed ha apuntado qe está teniendo efectos en la economía a través de la incertidumbre y el pesimismo. «Es evidente que este es un factor de riesgo importante y una fuente importante de incertidumbre sobre la economía de cara al futuro«, ha señalado Bernanke, quien ha explicado que al realizar sus previsiones, la Reserva Federal ha teniedo en cuenta que el abismo fiscal se resolverá, previsiblemente, «de alguna forma intermedia«, pese a que ello lastre en cierta medida la economía estadounidense.
No obstante, Bernanke ha confirmado que si finalmente no se consigue un acuerdo y el abismo fical se activa, la Reserva Federal «no tendría las herramientas suficientes para contrarrestar sus efectos y nos veríamos obligados a moderar nuestras previsiones«. «La Fed podría aumentar en cierta medida las compras de activos», que implicarían una subida de impuestos y un recorte del gasto público a partir de 2013, pero esta estrategia no sería suficiente para hacer frente al abismo fiscal.