El proyecto de ley impulsado por el gobierno del presidente francés Nicolas Sarkozy, que no menciona explícitamente al velo islámico integral sino que «prohíbe la disimulación del rostro en el espacio público», debería ser aprobado al final de la tarde.

Esta es la última etapa legislativa del proyecto de ley que prohibirá el uso del burka o el niqab en la administración pública pero también en tiendas, cines, restaurantes y mercados, so pena de una multa mínima de 150 euros (180 dólares).

Los maridos o concubinos (u otra persona) que obliguen a sus parejas (o esposas) a usar el velo, podrán ser condenados a un año de cárcel y a 30.000 euros de multa.

Los senadores deberían aprobar el proyecto tal cual lo hicieron sus colegas de la Asamblea Nacional (cámara de Diputados) el 13 de julio pasado.

La prohibición entrará en vigor hacia marzo de 2011, tras un periodo «pedagógico» de seis meses.

Anticipándose a las demandas que podrían ser interpuestas por particulares contra la aplicación de esta ley, contra la cual se pronunciaron el Consejo de Estado y el Consejo Constitucional, al advertir meses atrás que «una prohibición general (…) carecería de fundamento jurídico incontestable», dos responsables parlamentarios de la gobernante UMP recurrieron a esa última instancia.

Ambas instancias defendían una prohibición limitada a la administración pública y los comercios, pero no en la calle.

Francia alberga a la mayor comunidad musulmana de Europa con unos seis millones de personas, aunque sólo unas 2.000 mujeres usan burka o niqab, una práctica que no corresponde a un precepto del islam.