Por P.A. David Nesher
Vayehi bishkon Yisra’el ba’arets hahi vayelech Re’uven vayishkav et-Bilhah pilegesh aviv vayishma Yisra’el.»
«Mientras Israel estaba asentado en aquella tierra, Reuvén causó un desorden en relación con el lecho de Bilá, concubina de su padre, e Israel lo escuchó. Los hijos de Israel fueron doce.»
(Bereshit/Génesis 35:22)
Reuvén (Rubén) era el primogénito de Yaakov. Considerando esto, podríamos esperar la más alta conducta de él y esperar que seriamente recibiera el pacto de sus padres. Sin embargo, aquí pecó de la manera más ofensiva en contra de su padre y de toda su familia. Pero la pregunta es: ¿en qué consistió realmente su pecado?
Probablemente Reuvén tendría unos treinta años de edad. No se dan detalles, pero Bilhah era mucho mayor que Reuvén, siendo la sierva de Rajel, y la madre de dos hermanastros de Reuvén: Dan y Neftalí. Por esto, el texto original no permite interpretar un pecado sexual en este evento; ¡esto no fue una violación! En la superficie parecería ser una singular coincidencia, pero cada uno de los protagonistas tenía sus propias razones para involucrarse.
Desde una mente lógica y deductiva, Bilha tenía sus propias razones para involucrarse. Después de la muerte de Rajel, ella probablemente quería tomar el lugar de la matriarca como esposa principal de Yaakov. Durante la vida de Rajel la cama de Yaakov estuvo siempre en la tienda de ella; pero en su lecho de muerte él la sacó a la tienda de Bilhah, la sierva de Rajel. Después de la sepultura de la matriarca, Yaakov avinu continúo durmiendo en la tienda de esta concubina. Después de la muerte de Rajel, Bilhah era claramente la única amenaza para esa posición perteneciente a Lea, madre de Reuvén.
Reuvén se irrita por este motivo, pues cómo podía ser que él durmiera con la sierva y no con la esposa original. Lo tomó como una ofensa para su madre Leah. Según los sabios, en este acto, Reuvén siente la necesidad de recordarle a su padre que tenía la obligación de reanudar sus relaciones con Leah.
Reuvén, lleno de resentimiento por causa de esto, debe haber cavilado en su corazón algo así: «Si mi madre, Lea, estaba subordinada a Raquel, ¿ella también debe estar subordinada a la sierva de Raquel?» Ya era suficientemente malo que Yaakov prefiriera a Rajel respecto de su hermana Leah, pero era intolerable que él prefiriera una sirvienta a su madre. Por lo tanto, él quitó la cama de Bilha y la sustituyó por la de Leah. En lo que se refiere a Reuvén, esto aseguró que Bilhah nunca pudiera ascender a la posición de la esposa principal. Así pues, Reuvén lleva la cama de Yaakov a la tienda de Leah, denigrando a Bilháh y no respetando la voluntad de su padre.
Según la tradición e interpretación talmúdica, lo que realmente ocurrió fue mucho menos impactante. Reuvén de hecho estaba protegiendo el honor y el lugar de su madre en la familia. Justamente el Talmud en Shabat 55b explica que no debemos pensar que Reuvén literalmente se acostó con Bilhah; más bien, dicen que debe traducirse como que él » perturbó los arreglos para dormir de Bilhah«. Por eso es que el verso continúa de inmediato: “ Jacob tuvo doce hijos».¡Seguro que ya lo sabemos! Pero la Torah enfatiza esto dando a entender que, incluso después de esta interrupción en la casa de Yaakov, los doce aún eran hijos del tzadikim; es decir que los doce eran igualmente justos.
Pero la Escritura considera inconveniente este hecho. La pérdida de la primogenitura podría ocurrir si una grave ofensa se cometía y Reuvén, en este intento de señalarle a su padre cuál debía ser su posición, terminó por destruir la suya propia, ya que le costaría su primogenitura. Desde esta decodificación, el verdadero alcance de la ofensa de Reuvén, trastornar el delicado equilibrio en la casa de su padre y erosionar la autoridad de Jacob en su propia casa, es como si Reuvén hubiera cometido incesto con Bilhah.
En verdad, lo que Reuvén ignoraba, explican las tradiciones, es que, Yahvéh le iba indicando a Yaakov el lugar donde él debía dormir. ¿Cómo era esto? La Shekinah de gloria solía posicionarse por sobre las tiendas, por lo que Yaakov iba y entraba con la esposa que se encontrara cubierta por la Shekinah. En esta ocasión especial, la Shekinah estaba reposando sobre la habitación de Bilhah, por lo que Yaakov se dispuso a dormir en esa habitación. Lo de Yaakov no era una especie de añoranza respecto de Rajel, porque Bilhah había sido su doncella, Yaakov solo seguía las señales enviadas por el Eterno.
Por otro lado, otros sabios comentan que Reuvén quiso impedir que Yaakov trajera más tribus a la familia. Él sabía que su padre tenía la intención de erigir a doce tribus, por lo que no era posible que ahora estuviera dispuesto a engendrar más hijos.
Más allá de todo, ahora entendemos que nunca fue el propósito de Reuvén profanar el lecho de su padre; sin embargo, por esta acción anárquica, Yaakov revocó su primogenitura dándosela a su hijo Yosef, (Gén 49:3-4). Solo Moshé, antes de su muerte, es quien pudo borrar en su última y suprema bendición, las palabras afrentosas lanzadas por Yaakov contra su primogénito y exclamar:
«¡Viva Reuven, que no se extinga…!»