Asimismo, un estudio en Italia descubrió que durante una llamada telefónica la presión arterial aumenta en un promedio de 5 a 10 milímetros de mercurio. Estos saltos en la presión son perjudiciales en las personas mayores de 40 años, aseguran científicos ucranianos, según informing.ru. “La radiación de los dispositivos móviles crea el efecto del horno microondas”, asegura el catedrático de la Universidad de Nexcastle John Aitken, y agrega que este aumento de la temperatura de la corteza cerebral conduce a la muerte y necrosis de su tejido, lo que conlleva al deterioro la actividad cerebral.
Así, los médicos no recomiendan llamadas de más de tres minutos, y mejor aún si se utilizan auriculares o ‘handsfree’ (manos libres). Además, aconsejan desconectar el dispositivo durante la noche o por lo menos mantenerlo lejos mientras duerme.
Los teléfonos móviles suelen estar prohibidos en los hospitales y a bordo de los aviones, ya que las señales de radiofrecuencia pueden interferir con ciertos aparatos médicos electrónicos y con los sistemas de de navegación aérea.
En el informe que a continuación comparto, podrán asesorarse acerca de esta preocupación mundial: