“Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre…. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban.. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.”
(Lucas 17: 26-30)
Imagen: Aitor Álvarez García |
¡Esta dinámica profecía significa literalmente que uno de los signos de que el mundo está entrando en el fin de los tiempos es que la sociedad se vuelve cada vez más tolerante, y hasta obsesiva con la homosexualidad como tal y como fueron los ciudadanos de Sodoma! Justamente los días de Lot estuvieron caracterizados, por una homosexualidad descarada y fuera de control.
Colocándolos frente a los lineamientos de estas pautas que el Señor Jesús dio, puedo llevarlos a analizar esta noticia.
Resulta que en Brasil, se ha llevado a cabo la mayor boda colectiva homosexual del mundo. Según sus organizadores, se reunieron a 132 parejas de gay y lesbianas y se enlazaron en matrimonio. Dicha boda fue celebrada en un tribunal de Río de Janeiro en un acto reivindicativo por la igualdad de los ciudadanos frente a la ley.
La ceremonia se celebró este último domingo en el auditorio de la Escuela de Magistratura de Río de Janeiro y garantizará a todas las parejas que se casaron los mismos derechos y deberes que los enlaces entre un hombre y una mujer.
Las 132 parejas ya estaban constituidas legalmente como unión estable, figura que en términos jurídicos es equivalente a un casamiento en Brasil. Esta posición jurídica hace que los miembros de una pareja homosexual sean considerados solteros y, como tales, tienen limitaciones en cuanto a herencias y otras garantías reservadas a los matrimonios heterosexuales.
Hoy pudieron mudar esa situación, igualándose así a los demás matrimonios, después de que, el pasado mes de mayo, el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) de Brasil legalizara de hecho el matrimonio entre homosexuales, por el cual los registros civiles están obligados a convertir una unión estable en un casamiento si así es solicitado y no pueden negarse a casar a parejas de homosexuales.
Las 132 parejas pudieron invitar hasta a diez familiares o amigos, cosa que provocó que el auditorio dónde se celebró el enlace colectivo se quedara pequeño.
Todos celebraron la unión con gritos y aplausos y, al final, festejaron con un beso colectivo, justo después del tradicional intercambio de alianzas.
Las imágenes siguientes muestran más acerca de este acto anti-Cristo:
Observando esto veo que oportunas se vuelven las palabras del profeta Isaías cuando expresa:
«La expresión de su rostro testifica contra ellos, y como Sodoma publican su pecado; no lo encubren. ¡Ay de ellos!, porque han traído mal sobre sí mismos».
(Isaías 3:9 LBLA)
No cabe la menor duda que al actual sistema de cosas le va a ir muy mal a causa de su desenfreno en el pecado, la iniquidad y la perversión y para colmar sus pecados, están añadiendo todavía dos que menciona la Biblia.
«Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies. En verdad os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad»
(Mateo 10:14-15 LBLA).
«Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti»
(Mateo 11:23-24 RV1960)
Ahora bien, considerando este último pasaje bíblico se nos revela que para Jesús el pecado más grande del que nadie será perdonado ni en esta vida ni en la venidera no fue, ni será el de Sodoma, sino más bien el que conduce al ser humano a rechazar la bondad de Dios para hacernos libres de nuestros pecados. El pecado de creer que es con métodos humanos que podemos salir adelante, rechazando así lo que el Espíritu Santo quiere hacer en el corazón del hombre es el que es imperdonable. Es que no hay otra forma de ser verdaderamente libres sino a través del Hijo de Dios, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, tal y como lo revela en su misión el Espíritu Santo del Eterno.
No importa las condiciones en la que esté el hombre, si recurre a Cristo, y le entrega su corazón, Él le liberta de todo yugo satánico (Juan 8: 36).
Hoy es el día propicio para ser libres de toda esclavitud del pecado porque la Biblia dice:
«Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al SEÑOR, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar»
(Isaías 55:7 LBLA).