La Iglesia católica le ha avisado en varias ocasiones pero, según el arzobispo, todas han sido ignoradas. Youn y sus seguidores se enfrentan ahora a una posible pena de excomunión.
La supuesta vidente Youn asegura haber presenciado varios milagros desde 1985. Dice que ha visto llorar sangre a una estatua de la Virgen que tiene en casa. La archidiócesis envió tres cartas negando la veracidad de los hechos pero hay católicos que todavía le siguen porque creen que tiene algún tipo de conexión divina.
El arzobispo coreano ha insistido en que sus visiones son totalmente falsas y ha subrayado que tanto ella como sus seguidores se encuentran “lejos de la fe cristiana”.
Muchos de sus seguidores consideran que la Iglesia cambiará de opinión y terminará por dar su visto bueno.
Sin embargo, el arzobispo surcoreano ha respondido de manera tajante en un comunicado que el Vaticano nunca cambiará su posición al respecto.