Es tiempo de mirar a la Argentina. Pero esta vez urge hacerlo desde la óptica de Dios. Es decir, que es necesario que lo profético se active en el análisis de cada hecho de esta nación ya que desde el mes de Nisán, este territorio entra en actividad espiritual de gran movimiento.
El clamor del espíritu nacional ha sido oído en el Cielo y el Hacedor del Universo ha descendido en respuesta a lo que el pueblo argentino está reclamando: reinado de la Verdad. Los años de corrupción ya han causado hastío en los lugares celestiales y la paciencia de Dios ya ha llegado a sus límites.
Dios me ha revelado que su carro está posandose primeramente en la iglesia evangélica argentina que dejó pasar su tiempo y no realizó la misión de transformación profética que debería haber hecho. El Señor me ha revelado que uno por uno de los líderes religiosos de cada congregación entrarán desde este mes de Pascua en serios procesos divinos. En ellos la disciplina de un Padre será vista sobre todos y cada uno de aquellos responsables espirituales de la decadencia actual de la nación.
Luego de este trato, y con el mismo espíritu de amor paternal, comenzará el trato fuerte a las distintas regiones argentinas que en su rebelión idolátrica llenaron la superficie nacional de violencia.
¡El Señor no dejará a Argentina sin tratamiento redentor!
He notado cómo en los últimos tiempos lo que la Iglesia de Cristo no quiere hacer, el Espíritu de la profecía lo está realizando usando aún a las piedras en la proclamación profética. Como ejemplo de ello quiero introducir esta página con el siguiente llamado a la reflexión que se diera en C5N (canal de TV de Bs. As.). En este documento visual se está denunciando el espíritu anti-Dios que tiene a la Argentina en esta situación de estancamiento.