La petrolera Shell se infiltró en el Gobierno de Nigeria
La multinacional ha metido a sus empleados en todos los ministerios para «saber lo que se cuece» en el delta del Níger.
La multinacional petrolera Shell afirma haber infiltrado a gente de su plantilla en los principales ministerios del Gobierno nigeriano, lo que le permite estar al tanto de todas sus decisiones relacionadas con el delta del Níger, informa el diario The Guardian.
Según un cable diplomático de EEUU filtrado por Wikileaks al rotativo, la principal responsable de la compañía anglo-holandesa en ese país africano reveló a diplomáticos estadounidenses queShell había metido a empleados suyos en todos los ministeriospara estar al corriente de «todo lo que allí se cuece».
La dirigente de Shell se ufanó de que el Gobierno de Lagos ignoraba hasta qué punto había sido infiltrado y no estaba al tanto de lo todo lo que sabía la compañía de sus deliberaciones.
Los despachos confidenciales de las embajadas estadounidenses en África revelan también queShell y EEUU intercambiaron datos de inteligencia.
Así en una ocasión, la compañía proporcionó a los diplomáticos de EEUU los nombres de políticos nigerianos de los que se sospechaba que apoyaban actividades de tipo militante y en otra preguntó a EEUU si los militantes habían adquirido misiles antiaéreos.
Violencia en Kenia
Otro cable norteamericano filtrado por Wikileaks indica que EEUU teme el estallido en Kenia de una violencia peor que la que siguió a las elecciones de hace dos años si no se pone coto a la «rampante corrupción» de su Gobierno y a su «cultura de impunida».
Según la diplomacia de EEUU, el pasado enero, China suministró a Kenia «armas, municiones, distinto tipo de provisiones así como tejido para hacer uniformes», además de ordenadores y equipos de telecomunicaciones.
Otros cables se refieren a Uganda y, según The Guardian, en ellos los diplomáticos estadounidenses instan al Gobierno a consultar a EEUU antes de utilizar información suministrada por los servicios de inteligencia norteamericanos para llevar a cabo operaciones contra los movimientos rebeldes.
A pesar del apoyo norteamericano al presidente de Uganda, Yoweri Museveni, el embajador de EEUU en Kampala, Jerry Lanier, denuncia en un cable sus «tendencias autocráticas» y la«profunda corrupción», que, sumadas al «agravamiento de las tensiones étnicas y a un crecimiento demográfico explosivo», ponen en peligro el éxito atribuido a ese país.