Anhelo compartirles una curiosidad maravillosa de los códigos bíblicos. Me refiero a la revelación de nuestro Mesías escondida en los lineamientos de la Torah.
Al explicar y desarrollar las leyes de libertades individuales, la Torah enseña que por si alguna razón especifica una persona pierde su libertad, debe ser redimida por uno de sus parientes.
De forma especial, entre los parientes mencionados en la Torah a quienes se asigna esta obligación, están los primos: “El hijo de su tío le redimirá” (Lv. 25:49). Pues bien, permítanme contarles que la expresión hebrea para “el hijo de su tío” se escribe de esta manera בן דוד , y se pronuncia Ben Dod. Ahora bien, la coincidencia (o «dioscidencia») es que dicha expresión se escribe de la misma manera que “hijo de David” בן דוד (Ben David). Por lo tanto, y de acuerdo a las licencias que da el lenguaje hebreo, el versículo de Levítico, referido a la redención en el año de jubileo (Yobel) se puede leer, “el hijo de David lo redimirá”. Entendiendo pues que dicho precepto de la Torah escondía en forma de códigos la obra redentora de nuestro Mesías Yeshúa, el Hijo de David.
Hoy, conociendo esta verdad, nos alentamos en medio de toda opresión mental y física que ejerce la dominante cultura de materialismo en que estamos inmersos. El Hijo de David, nos libertará personal y colectivamente a través de la aceptación por fe de Su obra redentora a través de Su sacrificio en el Gólgota y el estudio profundo de la Torah que nos permita meditar sobre temas de nuestra liberación y conexión con el Mesías, el hijo de David.
Aquí les comparto un esquema a fin de que puedan copiarlo y tenerlo en sus apuntes.